domingo, 8 de mayo de 2011

Sobre volver a escribir...

Recurro a estos métodos pues no tengo idea de cómo continuar. No me resulta fácil atravesar este sendero. Lo veo claramente. Veo sobre la margen derecha un río torrentoso. Veo, sobre el otro flanco, las empinadas laderas de la montaña. No hay muchos matorrales. No hay fango ni pantanos. Podría decirse que conozco muy bien el camino, pero alguna razón misteriosa me impide recorrerlo. Indignos, mis pies resbalan, mi cuerpo se arquea y mis esfuerzos se desvanecen. Conozco el camino pero no puedo deslizarme entre sus pequeñas piedrecitas. Se suceden alba y ocaso. El Sol me hiere al aparecer sobre el río. Me despide triste desde atrás de la montaña asegurándome:
--Descansarás... y mañana tendrás la fuerza para llegar a destino--
Tiro de mis pasos al amanecer. El espejismo permanece, atado al camino, esperando. No necesita huir, pues yo no avanzo. Nada me obliga a detenerme. Ha estado soplando una brisa alentadora a mis espaldas, pero sigo resbalando. La tinta tira de mis pasos todavía.
Sonrío, me duermo y no sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario